miércoles, 13 de julio de 2011

CHEILI GONZALEZ

Río de Janeiro. / Tuvieron que pasar ocho años para que un atleta guatemalteco volviera a subir al punto más alto del podio panamericano, y por segunda ocasión fue una mujer, Cheili González, en la especialidad de hasta 53 kilogramos.

Fue el día perfecto, se le ganó a Brasil en su casa, en una tarde fría en Campo Grande, una pequeña ciudad alejada de Río de Janeiro.

En el salón del complejo Miécimo da Silva, todos apostaban por la local, Valeria Kumizaki, de ascendencia japonesa, y dejaron a un lado a la más pequeña de todas, a la que, con su mirada inocente y su sonrisa tímida, parecía inofensiva, pero que con inteligencia ganó cuatro combates que la llevaron al oro.

Faltaban 10 segundos para que finalizara la pelea por el título panamericano. El marcador anunciaba el 2-0 a favor de Cheili, y la herida en su nariz empezó a sangrar. Los médicos ingresaron al tatami, mientras Kumizaki bailaba de un lado al otro esperando que se reanudara el combate.

Los segundos se volvieron eternos; cuando el cronómetro marcó que faltaban seis segundos, un cruce de golpes le otorgó un punto a cada una (3-1) y, como dice Cheili, hasta el último instante se puede celebrar.

“Me entrené para esta prueba cinco horas diarias. Soñé mucho con ganar esta medalla, y esa era mi oportunidad, no podía equivocarme”, comentó.

Emotivo final

Tras el final corrió y abrazó al entrenador de la federación, mientras las lágrimas se derramaban por su rostro.

“Es una gran felicidad que quisiera compartir con mi familia y todas las personas que me han apoyado en este camino de muchos sacrificios”, dijo emocionada la campeona.

Y es que Cheili tiene mucho por lo cual sentirse orgullosa; su trabajo ha sido arduo junto a su entrenador personal, Douglas Debroy, con quien lleva más de siete años, y no ha contado con el suficiente apoyo de las instituciones deportivas, como el Comité Olímpico Guatemalteco.

“En el último combate pensaba que no me podía equivocar, que todo era posible, que estos debían ser mis Juegos”, comentó Cheili, mientras tomaba la medalla y la observaba.

“Antes de participar, miraba las medallas por la televisión y me imaginaba que podía tener una de ellas. Y es la de oro”, indicó con una sonrisa.

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